Fate/Apocrypha – Primera impresión

A primera vista: apócrifo

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Gracias al éxito que ha tenido Fate/Grand Order (juego para los dispositivos móviles), Type Moon ha logrado hacer realidad varios de sus proyectos tan esperados, lo cual normalmente sería algo de que alegrarse, mas pronto les tocará aprender que sacrificar la calidad por la cantidad no es una opción, siendo Fate/Apocrypha una adaptación mediocre de las novelas ligeras en las cuales está basada, llegando a convertirse posiblemente en una de las peores decepciones.
Comenzando con el tema de apertura, «Eiyuu Unmei no Uta» es una canción tan mala como la serie misma, esto es sorprendente porque EGOIST (dúo japonés que compuso este tema) nos ha deleitado anteriormente con sus temas de apertura en Psycho Pass. El tema es un desastre, tratan de lograr que suene como algo épico, pero fallan terriblemente en el intento y suena bastante forzado.
Fate/Apocrypha narra la historia de la Gran Guerra del Santo Grial, donde participan un grupo de magos (a quienes se les atribuye el título Master, es decir «amo») que invocan a personajes históricos o legendarios (Servants o «sirvientes») para pelear a muerte y obtener el Santo Grial, que le concederá cualquier deseo al vencedor. Dependiendo de su estilo de pelea, los sirvientes se dividen en las clases Saber, Lancer, Archer, Rider, Caster y Berserker (de acuerdo a los títulos dados en japonés que son palabras inglesas), cada uno con sus respectivas fortalezas y debilidades. Sin embargo, en Fate/Apocrypha la guerra se pelea en dos bandos, el bando Rojo (la asociación de magos) y el bando Negro (los Yggdmillenia, quienes se han revelado contra la asociación de magos) cada uno con sus siete sirvientes, pero esta vez tenemos a un servant de clase Ruler, Juana de Arco, quien se encarga de supervisar el conflicto entre ambos bandos para evitar que se convierta en un caos.
Teniendo Fate/Apocrypha personajes tan interesantes como Aquiles, Sigfrido, Mordred, Shakespeare y Vlad el impalador, Fate/Apocrypha falla por completo en desarrollarlos de manera adecuada, cortando rápidamente cada escena para darle un momento muy breve a cada uno de ellos. En Fate/Apocrypha tenemos como protagonista a Sieg, un homúnculo que más adelante se une a la guerra del Grial, que es probablemente el protagonista más aburrido y mal escrito que la franquicia Fate ha tenido, y la adaptación al anime se encarga de hacerlo aún más detestable, es una lástima que se hayan ido por él cuándo tenían otros personajes que pudieron haber sido un mejor candidato para protagonista.
El estudio A-1 se encarga de la animación y Fate/Apocrypha sirve para confirmar que deberían de animar solo series de recuentos de la vida. Las escenas de acción son muy cortas, y ni siquiera eso es suficiente para lograr que se vean bien. Es muy notable como los personajes se deforman mientras pelean para simplificar la animación, además de que los ataques llegan a convertirse en rayos de luz genéricos (como se ve en la primera batalla entre Siegfried y Mordred al principio de la serie). Las caras de los personajes se ven muy parecidas entre sí, cosa de la que sufren casi todas las series que anima A-1. La dirección de las escenas es carente en todos los sentidos, no ayuda para nada a enganchar al espectador a seguir viendo la serie; y todavía tienen la osadía de darle mayor énfasis al servicio de personajes lascivos con tomas innecesarias que solo sirven para convertir a Fate/Apocrypha en un anime más del montón.

Cabe destacar que Fate/Apocrypha tiene una banda sonora muy buena, a diferencia del tema de apertura. Esta sí logra darle ese toque épico que el anime tan desesperadamente necesita. Los actores de voz son de lo poco que tienen que envidiarle las otras series de la temporada a Fate/Apocrypha: aparece la voz de Maaya Sakamoto como Juana de Arco, Junichi Suwabe como Sigfrido, pero sobre todo aparece Miyuki Sawashiro como Mordred, a quien la voz le queda como anillo al dedo.
Fate/Apocrypha termina siendo una adaptación mediocre de la serie de novelas ligeras en la cual está basada, y pareciera que se tomaron como reto personal arruinar casi todos los aspectos que hacen tan disfrutables las novelas. Apócrifa (traducción de Apocrypha) es la palabra adecuada para definir esta adaptación, pues es tan mala que a Type Moon no le vendría mal desvincularse de este proyecto, justo como hicieron con el mítico anime de Tsukihime, que los aficionados han negado y seguirán negando por lo malo que fue.

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