Es de opinión popular decir que Naruto es malo para ser padre y que el niño con el que crecimos no se comportaría de esta manera después de finalmente realizar sus sueños de convertirse en Hokage y tener una familia, pero eso no es más que una toma somera a nivel superficial que no lo hace profundizar en el corazón de quién es realmente Naruto. Aquellos de nosotros que crecimos viendo a Naruto recordamos haber conocido a un pequeño niño problemático que no quería nada más que una familia y ser amado. Lo vimos crecer de un alborotador con un corazón de oro a un adolescente (algo) responsable que no quería nada más que reagruparse con su equipo que, para él, es lo que era su familia. El último sueño de Naruto en ese entonces (y siempre) fue “convertirse en alguien cuyo nombre la gente recuerde”, su sueño era alcanzar la posición más alta en la aldea conocida como el “Hokage” y mostrar a todos los que dudaban de él.
Ingresa a “Séptimo señor”, el hombre que se encuentra en la cima de la aldea y protege un mundo ahora acelerado con tecnología para que no se sumerja nuevamente en el tipo de guerra en la que él y sus amigos fueron arrojados cuando eran niños, poniendo fin al odio y al círculo vicioso, que rugió de generación en generación.
Naruto creció.
Ya no es solo un aspirante a héroe, tiene una familia y muchos deberes que cumplir como Hokage, por lo que la nueva generación no tiene que conocer el mismo tipo de dificultades que las generaciones pasadas han enfrentado. A veces, ser un héroe significa hacer el papeleo aburrido hasta altas horas de la noche para ayudar con las negociaciones, o actuar como un símbolo para la aldea para asegurarse de que todos se sientan en paz. Pudimos ver a nuestro héroe crecer hasta convertirse en el tipo de persona que no solo logró alcanzar la paz después de tantos años de inestabilidad, sino que ahora está haciendo todo lo posible para mantenerla.
Vemos a un Naruto que ha caído en la idea de lo que la aldea cree que debe ser el Hokage: su deseo siempre presente de trabajar siempre duro y hacer lo mejor ha causado un abismo entre él y Boruto. Naruto siempre ha sentido la necesidad de compensar en exceso en la batalla, ya que nunca fue el más inteligente o el mejor en ninjutsu, por lo que ponerse en una posición ocupada por muchos ninjas prestigiosos e inteligentes antes que él es abrumador. Equilibrar la vida familiar además de eso sería difícil para cualquiera, por lo que Naruto comienza a perderse eventos importantes para sus hijos, Boruto e Himawari.
La forma en que Naruto está pintado en la historia de Boruto es desde los ojos de un hijo que no quiere nada más que que su padre vuelva a ser el padre que recuerda antes de que la repentina carga de responsabilidad se apoderara de su tiempo. Boruto extraña cómo fue su familia una vez y considera que su padre los abandonó por su nuevo puesto, ya que Naruto a menudo se refiere a la aldea como “su familia”. La serie Boruto nos cuenta sobre la vida de Naruto desde los ojos de su hijo porque ya no es la historia de Naruto, es la de Boruto.
Este cambio de perspectiva cambia la forma en que Naruto es retratado como persona, ya que solo vemos las partes que son relevantes para Boruto. La dirección que toma la serie convierte a Naruto en un personaje diferente para la audiencia porque ya no es el protagonista luchando contra viento y mar, sino que esta vez es el padre de uno.
Como padre, Naruto comete errores. Echa de menos las cosas y no se comunica como debería con Hinata sobre los niños.
Tiene defectos y eso es lo que lo hace tan humano.
Naruto es especial porque es un protagonista shonen que creció y logró todo lo que aspiraba, pero todavía está luchando para lidiar con las duras realidades de su sueño, encima de la familia que siempre había anhelado. Este lado de Naruto es algo que aún no hemos visto de él, y los animo a todos a seguir viendo la historia de Boruto para juzgar por ustedes mismos.
